miércoles, 8 de marzo de 2017

Mª STMA. MADRE DE DIOS EN SU LIMPIA, PURA E INMACULADA CONCEPCIÓN. CUARESMA 2017


Con la llegada de la Cuaresma, Mª Stma. Madre de Dios en su Limpia, Pura e Inmaculada Concepción se viste de manera rigurosa con una sencilla indumentaria como signo de la penitencia y la austeridad propias de este tiempo.  

Esta severa vestimenta  ha sido la forma tradicional de vestir a las Dolorosas desde principios del siglo  XV hasta prácticamente finales del siglo XIX. Precisamente  será la pintura flamenca del siglo XV quien ofrezca los primeros ejemplos de la iconografía de los dolores de la Virgen, representando en ellos a la Madre de Dios de esta manera.
Mater Dolorosa. 1480. Galleria degli Uffizi, Florence.

Aunque como podemos observar en varios ejemplos esta iconografía flamenca llega muy pronto a los reinos españoles, no será hasta el siglo XVI cuando este modelo se generalice como la manera habitual de vestir a la Stma. Virgen en los momentos de la Pasión.

 La Virgen mostrando al Varón de Dolores.1480.Hans Hemling. Capilla Real de Granada.

La tradición se extiende cuando la Condesa de Ureña, doña María de la Cueva, Camarera Mayor de la Reina Isabel de Valois, dona en el año 1565 uno de sus propios trajes de luto para vestir la imagen de Ntra. Sra. de la Soledad que realizara nuestro paisano el insigne  e ilustre baezano Gaspar Becerra a instancias de la Reina. 

Cumplida la semejanza entre el hábito característico de las viudas castellanas y el que se suponía llevaron las hebreas, se debió considerar sumamente acertada la idea de doña María de vestirla con sus ropas de luto.

Tal fue el auge de esta iconografía auspiciada por la Corte madrileña, que pronto se extendió a las Dolorosas de toda la península y los territorios conquistados por España, pudiéndose encontrar aún hoy varias muestras no sólo dentro de nuestras fronteras, sino en diversas capitales europeas y americanas que pertenecieron a la corona española.

Entre las prendas que componían la indumentaria de las viudas nobles castellanas estaba el “monjil” que al parecer adoptó la reina Juana de Castilla a la muerte del rey Felipe, con apariencia de estar “amortajada en vida”. Era una prenda severa y rígida confeccionada preferentemente en negro,  y que podía cortarse en géneros como el terciopelo, tafetán, seda, paño u otros. El monjil disimulaba discreta y honestamente el cuerpo de las viudas. También portaban unas peculiares tocas blancas y largas de  holanda, un fino lino o algodón u otras telas similares que dejan entrever la saya que se viste debajo. La longitud  de esta toca blanca correspondía a la categoría de la dama siendo más larga cuanto mayor fuera su nivel dentro de la nobleza. Las mangas  blancas se recogen con unos lazos negros en los puños.
La Emperatriz María de Austria. Ca. 1600 Juan Pantoja de la Cruz.

También suele lucir la Stma. Virgen en esta iconografía un largo rosario de cuentas negras siguiendo la disposición del XVI y XVII, rematado en una cruz hecha de cuentas con algunos lazos o borlas.
En los siglos XVII y XVIII se les añadió un pañuelito adornado con encajes llamado manípulo y algún elemento de la pasión de Nuestro Señor.



María Santísima Madre de Dios en su Limpia, Pura e Inmaculada Concepción recobra en la Cuaresma del pasado 2016 esta iconografía tan antigua que retoma este año, convirtiéndose en el modelo que nuestra Titular sigue para la Cuaresma, respondiendo a la austeridad y sencillez de este prototipo tan adecuado para este tiempo que ahora comienza.



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