Foto: Rafael Montiel
Vivirla con esperanza en la vida eterna y en Cristo Resucitado.
Cristo muere por nosotros para quedarse en la Eucaristía como Dios Vivo y para acompañarnos en nuestro caminar. Acudir al Sacramento de la reconciliación por amor, para llenarnos de su Misericordia. Hacer oración, mirar al prójimo continuamente y hacer sacrificios voluntarios y personales con este fin: prepararnos para esa Meta que es la Pascua de Resurrección y la vida eterna.
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