martes, 13 de diciembre de 2011

CHARLAS DE ADVIENTO

En la noche de ayer asistamos a la tradicional charla de Adviento organizada por la Agrupación Arciprestal de Cofradías. Este año el encargado de realizarla ha sido Fray Francisco Víctor López Fernández (O.C.D.). Nacido en el pueblo cordobés de Dos Torres, ha desarrollado su vida y carrera monástica iniciada en 1971 en diversos puntos de la geografía española como Córdoba, Baeza, Úbeda, Roma y Ávila.

Nos explicó el surgimiento de los diferentes tiempos en la Iglesia. Así pues, primeramente apareció el tiempo de Semana Santa, el más antiguo, puesto que los primeros cristianos tenían un gran recuerdo y admiración de los hechos de la pasión de Cristo. Era lo que más les impresionó de toda su vida, es el punto culminante de su estancia entre los hombres. A partir de entonces, surgió el tiempo de Cuaresma, que sirve para la preparación de la pasión de Cristo. Poco después, apareció otro tiempo litúrgico, la Pascua de Resurrección, como espacio para recordar los méritos de la resurrección de Cristo, y que Cristo vive.

Recordada la Pasión, los cristinaos se fueron fijando en otros aspectos de la vida de Jesús, y su nacimiento llamó especialmente su atención. Aparece entonces el tiempo litúrgico de la Navidad, y con su desarrollo un nuevo tiempo de preparación de dicha festividad, el Adviento. Finalmente, el resto de días del año quedó para la celebración de los santos de la Iglesia, aquellos primeros cristianos recordaron a sus mártires.

El Adviento se caracteriza por ser un tiempo corto, cuatro semanas, y ser especialmente mariano. Ya que la figura de la Virgen se realza como origen de Cristo. Debe recordarse la festividad de Nuestra Señora de la Esperanza el 18 de diciembre. Y es precisamente la esperanza la que inunda todo el tiempo de Adviento, la esperanza en la venida pronta de Cristo.
Los cantos propios de Adviento lo recuerdan. Las oraciones entrante y final de la litúrgia también. Los profetas ocupan un lugar destacado en las lecturas, puesto que son ellos quienes anuncian la llegada del Señor. De hecho, en dos de los cuatro domingos de Adviento, está presente Juan el Bautista. En la iglesia suele haber cuatro cirios, normalmente de color blanco, como color económico y genérico, pero que pueden ser de colores. En este caso, uno será rojo, simbolizando la a Cristo, su llegada; otro verde, color de la esperanza de María; otro Morado, color de la penitencia, que es el destino de Cristo; y el cuarto de color blanco, símbolo de la pureza de María.

Por tanto, el Adviento es un tiempo de preparación a la Navidad que se debe caracterizar por buenas obras como signo de la llegada de Cristo.

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