¡Florece, árbol santo, que el astro
de eterna verdad te ilumina,
y su riego de gracia divina
impulsa tu inmensa raíz!
¡El Rey de los cielos, cual fruto
del árbol de amor nos convida:
la Cruz nos devuelve la vida,
y la muerte encuentra su fin!
Foto: Juan García Cuevas
Texto: Gertrudis Gómez de Avellaneda 1849
No hay comentarios:
Publicar un comentario