INICIO
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor Dios nuestro.
En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois, Bondad infinita y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa Señor de todo corazón haberos ofendido; os propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.
OFRECIMIENTO
Os ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como os lo suplico, así confío en vuestra Misericordia infinita me los perdonaréis por los merecimientos de vuestra Preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis gracia para enmendarme y perseverar en vuestro santo servicio hasta el fin de mi vida. Amén.
LECTURA EVANGÉLICA
Del evangelio según san Lucas 2, 21
Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.
PENSAMIENTO DE SAN JUAN DE ÁVILA
De los escritos de san Juan de Ávila Sermón 75
Contó el uno al otro el dulce nombre de Jesús que el ángel les había dicho que pusiesen al Niño después de nacido; y fue muy particular gozo entre ellos de oír nombre tan excelente y consolativo como es Jesús, que quiere decir Salvador, y, como el ángel dijo, Salvador de pecados (cf. Mt 1,21). Y así creo que el santo
José, por gozar del bien de este nombre, se arrojó en el suelo suplicando al Niño Jesús le perdonase sus pecados y diese gracia para no ofenderle.
TERCER DOMINGO
Oh glorioso Patriarca San José: la sangre preciosísima que el Redentor Niño derramó en su circuncisión os traspasó el corazón; pero el nombre de Jesús que entonces se le impuso, os confortó y llenó de alegría.
Por este dolor y este gozo alcanzadnos el vivir alejados de todo pecado, a fin de expirar gozosos, con el santísimo nombre de Jesús en el corazón y en los labios.
Padrenuestro, Ave y Gloria.
Tercer dolor: La circuncisión de Jesús.
Tercer gozo: En nombre de Jesús
Oh glorioso Patriarca San José: la sangre preciosísima que el Redentor Niño derramó en su circuncisión os traspasó el corazón; pero el nombre de Jesús que entonces se le impuso, os confortó y llenó de alegría.
Por este dolor y este gozo alcanzadnos el vivir alejados de todo pecado, a fin de expirar gozosos, con el santísimo nombre de Jesús en el corazón y en los labios.
Padrenuestro, Ave y Gloria.
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