Por la señal, de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios Nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ORACIÓN INICIAL
Sermón 49.
«Señor mío, ¡cuántos milagros hiciste en este mundo,
cuántos muertos resucitaste, cuántos cojos sanaste,
a cuántos ciegos diste lumbre,
a cuántos sordos diste oídos!
Ves aquí un muerto
que no tiene más que la lengua de vivo;
aplica en mí lo que padeciste,
ayuda a mi flaqueza, alumbra mis ojos,
haz que oigan mis oídos tus palabras de vida,
despierta mi alma de tan profundo sueño,
haz que mi corazón oiga tus palabras,
que tu dulzura de gusto a mi paladar
y haz que pierda el sabor que toma de mis pecados.»
Amén
LECTURA DÍA PRIMERO
"TODOS LOS ENGAÑOS VIENEN DE NO ORAR"
Sermón 13.
«Si tuvieseis callos en las rodillas de rezar y orar, si importunaseis mucho a Nuestro Señor y esperaseis de Él que os dijese la verdad, otro gallo os cantaría. ¿Quieres que te dé su luz y te enseñe? Ten oración, pide, que darte ha. Todos los engaños vienen de no orar. ¿No oras, no te encomiendas a Dios? No te espantes que todo te derribe y todo te engañe. Consulta a Cristo, aconséjate con Él. ¡Oh si me creyeseis! ¿De qué os aprovecha Cristo, si andáis a vuestra voluntad y como vos queréis y se os antoja?
Leemos al Crucificado y muerto en la cruz, y estamos nosotros vivos a las pasiones. Leo con corazón, y me río de lo que leo. Leo palabras, no hay en mí obras ningunas. Vino el maestro de los hombres, ¿y estás en otras cosillas como si no hubiera venido Jesucristo? El mundo está lleno de guerras. Cáese el mundo y estánse nuestros pecados en pie. Hermanos, amansemos a Dios, tomemos en nuestros corazones a Jesucristo, llevemos su cruz, enmendemos nuestras vidas, pidámosle Misericordia, que hacérnosla ha.»
PRECES
+Señor Jesucristo, que enseñaste a tus discípulos a orar, haz que, como nos enseña San Juan de Ávila, nuestra alma se comunique contigo en el habla secreta e interior de la oración.
Ten piedad y Misericordia de mi.
+ Señor Jesucristo, que elevado sobre la cruz atrajiste a todos hacia ti, haz que, como San Juan de Ávila, siempre tengamos los ojos puestos en ti, Dios humanado y crucificado.
Ten piedad y Misericordia de mi.
+Señor Jesucristo, por tu Misericordia te rogamos que estés siempre como San Juan de Ávila nos enseñó junto a los enfermos, especialmente junto a todos los afectados por el coronavirus, concédeles salud de cuerpo y alma, consuela a los familiares, reconforta a los sanitarios y dale el descanso eterno a los fallecidos por la pandemia.
Ten piedad y Misericordia de mi.
+Señor Jesucristo, te rogamos por las intenciones del Sumo Pontífice.
Ten piedad y Misericordia de mi.
+ ( Se hace la petición del Triduo )
Ten piedad y Misericordia de mi.
ORACIÓN DEL AÑO JUBILAR AVILISTA
Bienaventurado Juan de Ávila,
Apóstol de Andalucía y pregonero de la gloria de Dios.
En este Año Jubilar que celebramos en tu honor,
queremos sentir la acción del Espíritu Santo
en nuestro corazón,
para que todo cuanto hagamos nazca del amor de Dios,
renovando nuestro bautismo,
por el que Dios nos llamó a su gracia y nos hizo hijos suyos.
Santo Maestro, que tu ejemplo
nos anime a ser hombres y mujeres de fe viva,
de esperanza gozosa, de caridad ardiente,
que gusten el íntimo recogimiento de la oración.
Predicador insigne, que tu ejemplo
nos mueva a ser amigos de la Sagrada Escritura,
para que podamos ser predicadores creíbles
con el calor y el fuego de la palabra de Dios.
Ayúdanos a centrar nuestra vida en la Eucaristía,
sacramento de amor y unión,
en el que gustamos la misericordia de Dios,
que no tiene límite ni término,
y así sepan todos que nuestro Dios es amor.
Columna de la Iglesia,
enséñanos a ser constructores de fraternidad,
mirando a los demás con los ojos con que Cristo los mira.
Que María, la Santa de los Santos,
Madre Reina y figura de la Iglesia,
nos alcance de su Hijo ser discípulos misioneros,
pregoneros de la gloria de Dios.
ORACIÓN FINAL
Te rogamos nos concedas,
Señor Dios nuestro,
gozar de continua salud de alma y cuerpo,
y por la intercesión de San Juan de Ávila,
vernos libres de las tristezas de la vida presente
y disfrutar de las alegrías eternas.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
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