sábado, 25 de enero de 2020

BAEZA ACOGE LA ASAMBLEA DE LOS OBISPOS DEL SUR CON MOTIVO DEL AÑO JUBILAR AVILISTA

Baeza ha acogido, los días 21 y 22 de enero, la CXLV Asamblea Ordinaria de los Obispos del Sur de España, que comprende las diócesis de Sevilla, Granada, Almería, Cádiz y Ceuta, Córdoba, Guadix-Baza, Huelva, Jaén, Asidonia-Jerez y Málaga. También ha asistido el Obispo emérito de Cádiz y Ceuta.

Nada más llegar, los Obispos fueron saludados por la alcaldesa de Baeza, Dª. María Dolores Marín, que les dio la bienvenida y les deseó una estancia muy provechosa en nuestra ciudad patrimonial.
Enmarcada en la agenda de esta Asamblea de los Obispos del Sur, los Prelados andaluces combinaron reuniones de trabajo con la celebración del Jubileo Avilista. Recorrieron los lugares relacionados con la vida y el ministerio pastoral de San Juan de Ávila. Dieciocho son los enclaves de nuestra  ciudad  que forman parte de la Ruta Avilista y que tuvieron oportunidad de conocer los Prelados, entre los que se encuentra la sede de nuestra Hermandad, la Capilla universitaria de San Juan Evangelista en donde los Obispos fueron recibidos por miembros de la Junta de Gobierno de la Hermandad y firmaron en el libro de honor de nuestra corporación.
Después, a las 8 de la tarde, se dirigieron hasta la S.I. Catedral de la Natividad de Nuestra Señora, para ganar el Jubileo concedido por la Santa Sede con motivo del año Avilista.

El Obispo de Jaén, Don Amadeo Rodríguez Magro, presidió la solemne Eucaristía, que estuvo concelebrada por los 11 Obispos, Arzobispos y Obispos auxiliares de Andalucía, además del Vicario General y Vicario de Comunión, y sacerdotes de la ciudad de Baeza y del Arciprestazgo.
Numerosos fieles se dieron cita en la Catedral baezana para participar en la celebración eucarística que se inició con el rezo de vísperas. Las lecturas estuvieron participadas por fieles de Baeza y el Evangelio lo proclamó el diácono de la Diócesis, Antonio Guerrero.

Homilía

Don Amadeo comenzó su predicación agradeciendo la presencia en la Catedral de Baeza de los Obispos de Andalucía, así como del numeroso grupo de fieles que acudieron a la celebración, a pesar de la desapacible y fría noche. Recordó que en este Jubileo Avilista, los Obispos, «hemos venido a pedir por nuestro ministerio y por las necesidades de nuestras respectivas diócesis, por intercesión del que consideramos como pregonero de la gloria de Dios en estas tierras de Andalucía. Para que el paso por la Puerta Santa sea un verdadero acontecimiento de conversión para nosotros, me voy a permitir una breve reflexión que nos aproxime a la santidad del Maestro Ávila. Al contemplar sus virtudes queremos renovar lo que somos por elección y consagración».

El Obispo de Jaén, durante su homilía, puso como ejemplo sacerdotal la figura del santo patrón del clero español. Rescatando algunos de sus escritos, ofreció la visión del sacerdocio que promulgaba San Juan de Ávila,  y que cinco siglos después de su magisterio sigue de absoluta vigencia. Así destacó, por ejemplo el perfil de un sacerdocio apostólico: “la vida de los obispos y sacerdotes debe de ser un dibujo de los apóstoles a quien suceden, tal que por la vida obispal, todos saquen por rastro cuáles fueron los antiguos apóstoles y no tales que no haya cosa que más los haga desconocer que mirar a sus sucesores”. A la vez que recordó las recomendaciones del Maestro Ávila sobre la relación del presbítero y la Iglesia. «Ávila recomienda estar enamorados de la Iglesia, de una Iglesia que necesita reforma y que trabaja por ella y en ella pacientemente». O la caridad pastoral como norma en la vida de todo sacerdote, «la caridad pastoral ha de ser la síntesis de la vida y la espiritualidad de un presbítero diocesano. Ésta tiene su fuente y su forma en un ferviente celo que haga arder el corazón del sacerdote en el fuego de amor de Dios y celo de almas, especialmente de las más débiles, a imitación de Jesucristo el Buen Pastor».
La celebración concluyó con la oración de San Juan de Ávila para este año Jubilar.

En las reuniones de trabajo, los Obispos han tratado, como viene siendo habitual, temas de interés para las diócesis y para la región.
Academia de la Historia
La Asamblea ha dado pasos en la erección de la Fundación de la Academia de la Historia de la Iglesia en Andalucía, cuya sesión inaugural será en la próxima reunión de los Obispos del Sur, el 12 de mayo, en Granada.

Año Jubilar Avilista en Jaén
Los Obispos han sido informados sobre los actos con los que la diócesis de Jaén está celebrando este Año Jubilar de San Juan de Ávila, que comenzó el 10 de mayo pasado y se va a prolongar hasta el 31 de mayo de 2020, con dos templos jubilares: la Catedral de la Natividad de Nuestra Señora y la Capilla de San Juan Evangelista de la antigua Universidad, ambas en Baeza. Se conmemora así el 450 aniversario del fallecimiento del maestro de santos, el 125 aniversario de su beatificación y el 50 aniversario de su canonización.

D. Amadeo Rodríguez, Obispo de Jaén, ha informado a la Asamblea de la próxima celebración del Congreso Internacional San Juan de Ávila, que se va a celebrar en Baeza, del 11 al 13 de febrero y que lleva por tema “El presbítero secular en el s. XXI a la luz del magisterio de San Juan de Ávila”. Tendrá lugar en la sede Antonio Machado de la Universidad Internacional de Andalucía y contará con la presencia del Cardenal Beniamino Stella, Prefecto de la Congregación del Clero, de Monseñor Rino Fisichella, Arzobispo Presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, y de otros especialistas en San Juan de Ávila.

Causa de los Santos
La Asamblea Ordinaria de los Obispos del Sur de España han dado el visto bueno para que el Obispo de Málaga inicie la apertura de la Causa de Canonización de la Sierva de Dios Laura Aguirre Hilla, fundadora de un orfanato para niñas huérfanas y pobres en Álora (Málaga), con absoluta carencia de medios, pero con una confianza sin límites en la Providencia.

La Sierva de Dios Laura Aguirre nació en 1901, en Málaga, y llegó a Álora como misionera del Padre Arnáiz. Allí fundó el orfanato, en 1950, con escasos recursos, pero con un esfuerzo incansable y con la colaboración de los vecinos de la localidad. Su confianza en la Providencia y su vida espiritual extraordinariamente intensa son solo unas muestras de su riqueza interior. Murió el 31 de diciembre de 1986, en olor de santidad.

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